Cada 15 de mayo, la Institución Educativa Braulio González se llena de gratitud y
orgullo para celebrar el Día del Maestro. Esta fecha es más que un reconocimiento: es
una oportunidad para visibilizar el impacto humano y transformador que tienen los
docentes e instructores en la vida de sus estudiantes. Educar no es solo impartir
conocimientos; es acompañar, inspirar y marcar caminos que duran toda la vida.
En palabras de uno de sus instructores, el valor de enseñar está en los gestos que se dan
fuera del programa académico. “Lo más bonito que me ha pasado en el aula es el
reconocimiento de mis aprendices, que se acuerden a veces de mis cumpleaños, que
valoren el trabajo que uno hace”, expresa Edwin Laverde, instructor de electrónica. Su
motivación para enseñar nace de algo profundo: “Me inspiró el poder dejar huella y
poder ayudar a los muchachos en su proceso de formación profesional, en lo laboral.”
Como muchos otros docentes, también enfrenta desafíos. “Todos los días hay retos,
pero el más grande es que los muchachos puedan culminar el proceso formativo que uno
les brinda”, señala. Y sobre el vínculo que se forma con sus estudiantes, lo define con
claridad: “Es un vínculo de respeto… es como de padre a hijo.” A quienes sueñan con
enseñar, les deja un consejo honesto y sentido: “Que lo hagan de corazón, que siempre
le pongan ese amor a lo que vayan a desempeñar.” El profe Edwin también reflexiona sobre lo que deja y lo que recibe en esta labor. “Me
gustaría que me recordaran como esa persona que les brindó conocimiento, ayuda y
formación en la especialidad. Y uno también aprende mucho de ellos: a manejar
sentimientos, emociones… son muchas cosas que uno puede llegar a aprender.”
Por su parte, el estudiante Andrés Felipe Morales del grado 11ª recuerda con cariño a un
profesor que dejó huella en su vida: “Precisamente un maestro que fue muy importante
para mí fue uno de español que me dictó primero y segundo. A veces llevaba una
guitarra a clase. Las hacía muy dinámicas, siempre manteniendo la diversión sin perder
el enfoque. Era muy amable con todos.” Si pudiera enviarle un mensaje hoy, diría: “Que
fue muy especial para mí, que lo quiero mucho, que ojalá siga siendo la gran persona
que fue.” Al pensar en una sola palabra para definirlo, responde: “Carismático.” Porque,
como muchos lo han vivido en la Institución, los grandes maestros no solo enseñan una
materia… enseñan con el alma.
En este Día del Maestro, la Institución Educativa Braulio González extiende un
profundo agradecimiento a cada uno de sus docentes e instructores. Gracias por formar con paciencia, por enseñar con el corazón y por nunca rendirse ante los retos. Ustedes no solo enseñan materias, sino que inspiran sueños, acompañan procesos y siembran
esperanza en cada estudiante. Que este día sea un recordatorio de la huella invaluable
que dejan en cada vida que tocan. ¡Feliz día, maestros y maestras! Su labor es la base
sobre la que se construye el futuro.
Escrito por : Maira Guarín 10B